Saturday 22 September 2018

A sharp scream





A sharp scream the silhouette of a girl 

a bad dream my precious pearl.

Did you sleep last night?

I can’t forget you since,

we spoke for the first time.






 



The morning, the joy, the incredible calm,

 the kisses with closed eyes,

are the only ones that count.







 I am seeing you my pearl, eclipsing the light...

And nothing else matter...


















Your big smile,

tickling tenderly my soul...

While my lips,

searching for yours

Does it feel, so right?.

Your clothes fall in the dark,

revealing your contours .




https://ssl.gstatic.com/ui/v1/icons/mail/images/cleardot.gif








Music and lyrics : JAVIER MIRO

Drawings : ISABELLA MIRO

COPYRIGHT NOTICE


© Javier Miro No material from this website can be reproduced in any format without the written permission of Javier Miro

Friday 14 September 2018

XENOFOBIA




Alberto volvió’ de la cocina con una preocupante cara de desesperación.
Pedro y Juan sentados a la mesa esperaban con la ansiedad de dos perritos falderos.
Alberto dispuso en un plato el contenido de una lata de atún, unas hojas de lechuga y unas galletas saladas de manera que parezca algo así como una entrada de un restaurant.
-Esto es todo, la ultima lata- anuncio con voz lúgubre
Pedro y juan se abalanzaron sobre el miserable banquete mirando de reojo a Alberto
¿Juan al notar que va a quedar muy poco le pregunta a Alberto -y … no vas a comer un poco?
-No,  coman ustedes -contesta Alberto de mala gana




-Te vas a enfermar como Carlos, ya hace 3 días que no sale de la cama , no lo veo nada bien.-responde Pedro.

Alberto lanzo con tono de ultimátum el tan temido anuncio-"Alguien va a tener que salir a comprar víveres de lo contrario falleceremos aquí de inanición en poco tiempo."

Juan se levanto' golpeando la mesa con su puño derecho- Conmigo no cuenten ¡! Saben muy bien que sufro de agorafobia, no puedo salir.

Pedro amaga a seguirlo murmurando -"yo iría , pero desde que pusieron ese bar gay esta lleno de hombres besándose en la puerta , o caminando de la mano , la última vez que salí los vi y tuve que volver corriendo porque me mareaba , casi me desmayo en la calle".

-'Y que creen que es fácil para mi , carajo ¡! Rezonga en voz alta Alberto muy enfadado
Yo ya no puedo salir tampoco, no ven ahí están en la esquina esos extranjeros con sus túnicas, ¿sus extraños acentos y sus olores ajjjj que quieren?...  que me maten? , yo se que me miran raro y que me insultan al pasar cuando salgo con mi camisa con esvásticas".

No quedaba otro recurso, sin mirarse siquiera los tres levantaron a Carlos de la cama, lo vistieron , pusieron una lista en su puño semicerrado y lo empujaron a la calle
Carlos parecía un espectro, un Cristo en agonía con su rostro flaco y profundas ojeras, el color verdecino de su piel y sus piernas temblorosas apenas se desplazaba por la calle rumbo al almacén
-"No creo que llegue, lamento decirles que es posible que esta ha sido la ultima vez que vimos a nuestro hermano-murmuro Alberto.

Luego de un par de horas Alberto comenzó a pensar lo peor, y pensó que el bullicio en la calle se debía a que su hermano estaría agonizando en aquel infierno.

Junto' valor y espió por el visillo de la puerta, lo que contemplo’ era aun peor que la misma muerte de su hermano, parecía la misma escena presenciada por Moisés al volver de la montaña y escandalizarse con los hebreos con sus fiestas en honor al becerro.



La chusma había cortado la calle, los gays habían sacado las mesas del bar, Carlos desplego' todo el pedido sobre las mesas, al cual se habían sumado humeantes curries, guisos de olores penetrantes y productos no identificados.

Un grupo de musicos improvisaba una fusión de tango y flamenco al compás de unas citaras, una guitarra y un bandoneón, parejas de hombres bailaban juntos y unas mujeres se besaban en el banco de la plaza, un hindú con su turbante jugaba al ajedrez con un rabino, y una gitana vendía brillantes y chucherías.



Alberto desesperado abrió un poco la puerta y se dirigió a Carlos a los gritos.
-Eeey maldito, te mandamos a comprar comida y la malgastas con esa gentuza.
Carlos rojo de color en las mejillas desplegando una amplia sonrisa(visiblemente saludable) soltó a una bella señorita (de color) de la mano y se acercó a la puerta para contestarle.

-"Puedes irte a la mierda Alberto, no estaba enfermo, me tenías enfermo , enfermo de depresión , aburrimiento y de escucharos con su cantinela de miedo y odio.

Ahora estoy vivo, puedes bien ir y conseguirte otro delivery  boy o curarte de tu Xenofobia".
Y se fue por las calles bailando y degustando los manjares de las mesas de la mano de su exótica compañera.





Mas relatos en :

Divagaciones nocturnas